Las gyozas al vapor, esas empanadillas japonesas que han conquistado paladares alrededor del mundo, son una muestra exquisita de cómo la cocina puede ser un arte delicado y lleno de sabor. Aunque su origen es chino, las gyozas se han adaptado magníficamente a la gastronomía japonesa, ofreciendo un crujiente exterior que las distingue de sus parientes al vapor, los dim-sum.
Ingredientes que no pueden faltar en las gyozas al vapor y preparación meticulosa
Para preparar gyozas auténticas necesitas equilibrar sabores y texturas. La masa, que abraza un relleno generalmente compuesto por carne picada (como cerdo o pollo), vegetales finamente cortados y aromáticos como cebolla, col y ajo, debe ser delgada pero resistente para no romperse durante el cocinado.
Un toque de salsa de soja, aceite de sésamo y un poco de sake o mirin añade profundidad al sabor del relleno, mientras una pizca de pimienta negra molida fresca aporta el toque final.
Ingredientes gyozas al vapor japonesas (4 personas aprox.)
Masa para gyozas al vapor(si decides hacerla casera)
- 200 g de harina de trigo
- 100 ml de agua tibia
- una pizca de sal al gusto
NOTA: También puedes comprar hojas de gyoza ya hechas en tiendas de productos asiáticos para simplificar el proceso, aunque realmente se hacen en unos minutos.
Relleno
- 200 g de carne de cerdo picada (la receta original de gyozas es con cerdo, pero si quieres se puede sustituir por pollo, mezcla de cerdo y ternera, pavo o incluyo soja texturizada si quieres unas gyozas veganas.
- 200 g de col (repollo blanco preferiblemente) picada muy fina.
- 1 cebolla de verdeo pequeña o 2 cebollines picados finamente
- 1 diente de ajo rallado o picado muy pequeñito
- 1 trozo peuqelo de jengibre fresco rallado (una cucharadita)
- 1 cucharada de salsa de soja
- 1 cucharada de sake (opcional, pero realza el sabor)
- 1/2 cucharada de aceite de sésamo
- 1 pizca de sal y pimienta negra molida al gusto
Para cocinar
- 1 – 2 cucharadas de aceite vegetal (para dorar las gyozas)
- 50 ml de agua (para el proceso de vapor)
Salsa para acompañar las gyozas
- 3 cucharadas de salsa de soja
- 1 cucharada de vinagre de arroz
- 1/2 cucharadita de aceite de sésamo tostado (opcional)
- Unas gotas de aceite de chile (opcional si prefieres un toque picante)
Preparación de la masa de gyozas al vapor
Mezcla la harina, agua y sal en un bol hasta formar una masa. Amasa durante unos minutos y deja reposar en un paño húmedo mientras preparas el relleno.
Para el relleno, en un bol, mezcla la carne de cerdo, col, cebolla de verdeo, ajo y jengibre. Agrega la salsa de soja, sake, aceite de sésamo, sal y pimienta. Mezcla bien hasta obtener una masa homogénea.
Consejos para el pliegue perfecto
El sellado de las gyozas es tan importante como sus ingredientes. Un buen pliegue no solo sella los sabores dentro de la empanadilla, sino que también añade a su estética. Humedece ligeramente los bordes de la masa con agua, coloca el relleno en el centro, y dobla la masa por la mitad, presionando para sellar los bordes. Luego, crea pliegues pequeños a lo largo del borde sellado para asegurar que no se abra durante la cocción.
Técnica de cocción doble
Lo que realmente distingue a las gyozas en el mundo culinario es su método de cocción. Primero, se doran en una sartén con un poco de aceite hasta que la base de las empanadillas adquiera un tono dorado y crujiente. Posteriormente, se añade una pequeña cantidad de agua a la sartén y se tapa para que las gyozas se cocinen al vapor. Este proceso no solo cocina el relleno y suaviza la masa, sino que crea una textura deliciosamente contrastante que es crujiente por fuera y tierna por dentro.
Aventura en cada bocado
Experimentar con diferentes rellenos puede transformar tus gyozas al vapor de simples aperitivos a una exploración de sabores. Ingredientes como shiitake, bambú, jengibre rallado o incluso variantes vegetarianas pueden ser excelentes maneras de personalizar tu experiencia culinaria.
Recuerda que siempre puedes prepararlas solo al vapor en una vaporera, quedan deliciosas y se hacen en un santiamén.
Apreciación cultural
Más allá de ser simplemente deliciosas, las gyozas al vapor son una ventana a la cultura japonesa y su capacidad para adoptar y adaptar influencias gastronómicas externas, convirtiéndolas en algo propio. Preparar y disfrutar de gyozas puede ser una forma de conectar con estas tradiciones, comprendiendo la importancia del detalle y el cuidado en la cocina japonesa.
Las gyozas, aunque son un plato esencial en la gastronomía japonesa actual, tienen sus raíces en la cultura culinaria china. Originalmente conocidas como «jiaozi» en China, estas empanadillas rellenas se introdujeron en Japón alrededor del siglo XX. Desde entonces, han sufrido adaptaciones en su preparación y presentación que reflejan la integración y reinterpretación de la cocina extranjera en la cultura japonesa.
- Celebraciones y Festividades: En Japón, aunque las gyozas no están asociadas con festividades específicas como otros platos tradicionales, se han convertido en un alimento popular para ocasiones sociales y familiares. Son comunes en reuniones informales y son un plato favorito en los izakayas (bares japoneses), donde amigos y familiares se reúnen.
- Comida Casera vs. Restaurantes: Las gyozas se disfrutan tanto en el hogar como en restaurantes. Prepararlas en casa permite a las familias y amigos disfrutar de la experiencia de envolverlas juntos, lo que se convierte en una actividad social y una forma de unir a las personas a través de la comida.
- Influencia Internacional: La popularidad de las gyozas en Japón es también un ejemplo del intercambio cultural gastronómico entre Japón y China, y más ampliamente, la influencia de la cocina asiática en todo el mundo. En Japón, las gyozas han sido adaptadas para satisfacer el paladar local, como es evidente en la forma de cocinarlas —fritas y luego al vapor— que difiere del método tradicional chino que generalmente solo implica hervirlas o cocerlas al vapor.
- Reflejo de la Sociedad Moderna: El consumo de gyozas en Japón y su popularidad en izakayas y en el hogar reflejan cambios en los estilos de vida, especialmente en la urbanización y en las preferencias de comidas rápidas pero satisfactorias entre los trabajadores ocupados de las ciudades
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